A veces, cuando tienes la suerte de tener un cliente que se está cuestionando y replanteándose todo en cada momento y tú no acabas de ver la solución a su problema. De repente aparece en tu cabeza aquella antigua cancioncilla de “los Ronaldos “que decía «no hay manera » o algo así. Tras la reunión vas de vuelta a casa pensando.
Al día siguiente llegas a tu oficina y los que no estuvieron en la reunión te preguntan. Explicas el problema junto a la máquina de café, haces repaso de las mejores jugadas como si hubieras venido de un partido de fútbol al tiempo que eres consciente de que el futuro de compañía puede depender de ese proyecto. Esa mezcla de presión, incertidumbre y motivación te empujan a poner la en marcha la máquina creativa haciendo un ejercicio de empatía y repasando cada momento de la reunión. Ese cliente inquieto y motivado que no se conforma con lo que le ofrece el mercado y que quiere solucionar su problema. LA PERDIDA DE TEMPERATURA EN LA CARGA Y LA DESCARGA.
Volvimos a casa del cliente y observamos cual era su operativa de carga /descarga. ¿Quién lo hacía?, ¿Cómo lo hacía? ¿Por qué lo hacía?, eso en cuanto al factor humano. Pero, qué pasa si eres temperatura, ¿sales o entras? ¿Por dónde? ¿A qué velocidad? ¿Qué efectos causo al producto?
Otra vez de vuelta a la oficina y al día siguiente, junto a la máquina de café, al repasar las mejores jugadas nos dimos cuenta que…
Teníamos el problema, teníamos la operativa del cliente pero nos faltaba conocer qué pensaba el fabricante de las cajas de los camiones. Allá que nos fuimos a un par de fabricantes a conocer de primera mano cuál era su visión del problema y otra vez la cancioncilla «no hay manera…».
Después de haber escuchado a todo el mundo, llegamos a la conclusión de que teníamos que diseñar un producto que permitiera abrir las puertas del camión en el interior del edificio sin necesidad de que el camionero realice varias maniobras. En definitiva una operación de carga y descarga más ergonómica, rápida, segura y que permitiera no perder tanta energía ni de la caja del camión refrigerado ni de la nave a la que tenía que atracar.
Y así nació nuestro MUELLE DE CARGA VERTICAL, gracias a la motivación de nuestro cliente, nuestra capacidad de escucha y aprendizaje de los diferentes actores que participábamos en las operaciones y gracias a nuestra ingeniería que fue capaz de concentrar los intereses de todas las partes en un producto simplemente mejor.

Si aun así no te lo imaginas, y quieres ver que aspecto tiene, y cómo funciona….aquí te dejamos un ejemplo en este vídeo:
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Carlos Alapont